miércoles, 21 de septiembre de 2011

La sociedad estreñida

Antes fue Jose Coronado, ahora Carmen Machi (Aida) y creo que en algún momento Jesús Vázquez. El caso es que los anuncios de Activia (C)byDanone estan ahí. Y los de Kellogs Allbran y un sinfíin de productos simnilares cuya única intención es sentarnos en la taza del inodoro (vaya nombre más poco acertado, ¿no?)

Luego, ya que hablamos del (in)odoro, tenemos la avalancha de anuncios de Brise, AmbiPur y compañía. Claro. No me extraña. Con tanta visita al (in)odoro al final uno necesita una partida presupuestaria especial para ambientadores. Pero claro, yo, que soy de los tipo reloj, no acabo de "pillar" el tema.


Es decir, la publicidad suele reflejar bastante lo que pasa en la sociedad. Inicio de curso: fascículos. Navidad: perfumes y colonias para el típico "¿que coj.. le regalo?" y el resto del año, pues eso, cagamucho y ambientadores. Por tanto deduzco que vivo (4 días a la semana) en una sociedad claramente estreñida.
Como decía antes, no acabo de verlo. Mi dieta es aproximadamente mediterranea pero sin lanzar cohetes, además tres días a la semana estoy en Alemania con su consiguiente dieta local. Entonces, si a mi no me pasa nada y la sociedad está estreñida...¿que puñetas comen? ¿Arroz a mansalva? Ya decía que tanto chino no podía ser bueno ¿O igual un exceso manzanas y/o platanos? Se supone que son astringentes, creo.

Da igual, sigue sorprendiéndome. Igual es que estoy mal informado y hay que sentarse en el (in)odoro 3 veces al día en lugar de 1 pero por más que mire no veo el menor atisbo de "hinchazón" en mi discreta tripita. Ni me siento.... "inflado"

Bueno, sea como fuere el caso es que, si los anuncios están ahí, es que hay mercado y por tanto el problema existe. En este momento, el de la constatación de la realidad, me asusto. El estreñimiento es la causa de muchos problemas, ciertamente. No solo físicos sino tambien de comportamiento. Es un hecho constatable la mala leche intrínseca del estreñido. Eso justificaría que la sociedad en la que vivo fuera tal como es. La mala leche ambiental, las ganas de joder al prójimo, esa envidia tan latina, etc... Eso si, al llegar a casa, Ambipur y de golpe y porrazo tu piso de 50m2 se convierte en La Casa de la Pradera con vistas al mar (hay que ver lo que llegan a hacer estos ambientadores) y de repente hasta te entran ganas de tirarte a la parienta en el sofá mientras los niños (con unos amigos que han invadido tu cocina porque tienes BioFrutas de Pascual) juegan felices a la Wii sin importarles lo que hagas siempre y cuando tengan además su Kinder Sorpresa... la sorpresa se la llevan cuando miran el sofá, claro, ¿¿¿papá que le estas haciendo a mama???

En fin, yo tiendo a medir el estado de como está el patio por lo que anuncian, que no es más que lo que la gente compra y por tanto quiere y lo cierto es que si os fijais... da miedo

Aparte de los mencionados "laxantes" y sus consiguientes ambientadores, mucho movil, colonias que si te las pones te pones mazas mogollón y algún producto menor y típico, detergente, "chilibán" y demás potingues cuya violencia limpiadora indican que además de estreñidos, somos unos guarros (en fino: limpiamos de uvas a peras). Aqui entran los anuncios de bricolaje (tres pasadas de "chilibán" y te has pulido los azulejos, gran ocasión para renovar el piso) Otro día igual hablo de los anuncios de ikea que son para tratar aparte.

Con este cuadro, imagino que el retrato robot del habitante medio es que entre el peazo movil que nos hemos comprado, lo que vale mantenerlo y los fregoteos que nos pegamos para limpiar la ropa o el baño (digno de escarpa en algunos anuncios, más que de productos de limpieza) mientras tweetamos o rajamos en facebook, al final estamos que no cagamos (con perdón) y por tanto, tenemos que ponernos morados de allbran con activia para desayunar y luego gastarnos la intemerata en ambientadores para compensar la efectividad de tanto producto. Despues, un poquito de colonia mazas-style y salimos a la calle relajados, con la autoestima bien alta y, eso si, hablando con alguien por el móvil que cogeremos con suficiente habilidad como para que se vea de que marca es.

No se, ahora tendría que decir aquello de mis padres "¿a donde iremos a parar?" pero claro, la respuesta es clara: tarde o temprano, al (in)odoro.

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