sábado, 15 de marzo de 2014

Defina romanticismo...


Pues si, reconozco que algunas veces mi romanticismo deja bastante que desear. Recuerdo haber recibido el apelativo de romántico en mi juventud, pero supongo que los consecutivos fracasos en materia de amor hasta el día de hoy, defenestraron esta cualidad. Reduciéndola a cenizas.
Hoy es un día especial, como cualquier otro, porque desde que estoy con la persona con la que quiero compartir el resto de vida, los días no tienen nada que ver con lo que habían sido hasta la fecha. En particular, no obstante, el día de hoy tiene un valor de efemérides muy particular. Hoy hace un año que descubrí a la persona que mi corazón alberga, hace mis días especiales, enloquece mis sentidos y agudiza mi inteligencia. La persona que me ha convertido en alguien mejor (a pesar de mi comentada falta de romanticismo y más de un despiste). La persona que hace que quiera ser mejor. Día a día. Para seguir cautivándola, embrujándola, mereciéndola.

Hoy es el día, amor, en que mis acciones serán patosas, mis palabras insuficientes, mis acciones inoportunas... y mi espíritu, el de un niño pequeño que acaba de descubrir la joya más preciada; mi intención, la de enamorarte más aún; mi voluntad, la de seguir a tu lado; mi deseo: tu.

En breve, será la efemérides de un pequeño texto que escribí también de manera pública. Decía algo así como:

Leí sus palabras y me cautivó
Miré a sus ojos y me embrujó
Me perdí en su cuerpo, y me encontré. Suyo.

Nunca fui más preciso con menos palabras. Así fue. Así es. Así quiero que sea. Siempre.