sábado, 25 de agosto de 2012

Anselmo, Gustavo, Ambrosio y Ernesto

Son cuatro nombres importantes en mi vida. Cada uno a su manera y en su estilo. Anselmo ya estaba en casa cuando, recién sacado el carnet después de un verano como cualquier otro de mi adolescencia, me puse a su volante. Poco más de 900 centímetros cúbicos y 45CV. De color "verde valle" decía la documentación,

Como éste, pero en lugar de M-CN, era B-DJ 

Me acompañó a la facultad unos cuantos años. Fue testigo de unas cuantas borracheras, escarceos sexuales (no exentos de contorsionimso), viajes locos de mochila y ¿oiga hay algún albergue en este pueblo?  y demás cosas habituales de la edad.

Poco a poco se asentaba la adolescencia y se desasentaba el coche en su cojunto y mis padres decidieron jubilar a Anselmo. Fue entonces cuando apareció Gustavo


Fue radical pasar de uno a otro. Gustavo ya tenía un motor de 1.769 cc. y 75 caballos. Diesel. Llegaba a 160 Km/h. (sin temblar ni tener que agarrar la puerta y la palanca de cambios). Y era nuevo!!! De hecho, es el único coche que he estrenado jamás. Ocho años anduvimos juntos hasta que una avería que superaba con creces el valor del coche hizo que me quedara el verano de 1.997 sin coche. Fui yendo de prestado mientras buscaba algo. Ese coche que iba a comprar yo, mi primer coche de verdad. Iba a suponer un crédito hasta las orejas pero estaba trabajando bien sin muchos gastos. Me llegaba para un Ibiza bien chulo... Pero seguí buscando. Quería algo especial. Busqué, busqué, busqué y por fin lo encontré. 1800 y pico cc. 140 CV , 16 válvulas, negro...precioso.

AMBROSIO

Sí. Estáis en lo cierto. Estoy escribiendo sobre un coche y parece que hable de mi novia. Pero este coche y yo hemos compartido 15 años. Los 15 años de tener novias serias, ir a vivir al extranjero (con él). Volver. Casarme. Tener dos hijos. Perder a mis padres. Divorciarme.... 
En todos estos momentos, estos 1000 kilos de hierro me han acompañado. Y hoy escribo esto porque Ernesto, su sucesor, ya está en casa y el lunes por fin, tendré las matrículas definitivas (también es de segunda mano pero comprado en Alemania)

Ambrosio estaba en un concesionario, en el sotano. Con 65.000 kilómetros y una matrícula de casi 6 años de edad. Difícil de vender. Lo vi, y lo quise. Hoy, Ambrosio está en la calle, frente a la puerta de casa, con ganas de jubilarse a sus 20 años y nada menos que 280.000 kilómetros a sus espaldas. Y aunque no os lo creáis, me apena. Por lo vivido con él. Por las horas que le he echado los últimos años arreglando cosas yo mismo. Por todo. Porque, aunque sea solo un coche, representa 15 años de mi vida. Y eso, es mucho. 

Ernesto es el que espera ahora en el garaje. Una vez más, he ido al mercado de segunda mano, para poder tener un sueño de coche, que me permita en breve,  recordar a Ambrosio sin echarlo de menos. Y así será, seguramente. Como con todas las cosas, claro. Las cosas, son cosas.

Pero hoy, quiero que Ambrosio sea algo más que una cosa. Quiero que sea todas esas emociones de 15 años de vivir muchas cosas. Buenas, malas, tremendamente tristes, impresionantemente felices. De todo. No sé cuando Ambrosio desaparecerá pero hoy que aún esta aquí, le dedico este pequeño homenaje, que en el fondo será y es una tremenda glipollez pero quería hacerlo. 

Hasta siempre cosa







4 comentarios:

  1. Buenos tiempos los de Gustavo.... del resto ya no puedo decir nada.

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    1. Lo mejor de los tiempos es que todos, a su manera, son buenos con todo lo que traen, sea bueno o sea malo.
      Gracias "anónimo" ;)

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  2. grande Ambrosio! fue fiel hasta el final se merecia este homenaje ;-)

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